11.5.06

Crítica Gastronómica...

Ayer me di cuenta de lo feliz que me hace comer algo rico. Pasé al Normandie (no el cine), un bar-restaurante de los buenos, con un toque de especialidades francesas, que queda en Providencia con Manuel Montt.

Si tienen oportunidad, prueben el soberbio paté de campaña que ofrecen.... simplemente exquisito. Con eso abrimos, para después seguir con lomo de cerdo en salsa hindú y couscous, que estaba delicioso, lamenté que se acabara y eso que los platos son abundantes... mi linda acompañante se pidió un plato que no puedo recordar pero que estaba muy rico (tuve que probarlo... el plato).

Por suerte mi comida me mantuvo entretenido, porque de lo contrario habría intentado atacar la de ella!


Veces anteriores he probado la tortilla a la española, que sin ser la mejor que he comido, se le aproxima y un quiche lorraine de lujo, pero nunca dejo de pedir el paté... es en serio... pruebenlo.

En mi próxima visita tengo el ojo puesto en los pejerreyes envueltos para picar y el conejo a la mostaza o el pato que había con albahaca y champignones (creo). También quiero probar la sopa de cebolla.

Soy un sibarita... podría comer todo el día, siempre y cuando sean cosas ricas, es más pienso y planeo cuándo y dónde comer algo rico, por ejemplo, hace un par de semanas atrás pasé por Duao (Séptima Región a la costa) para comer pastel de jaibas, que estaba antojado y por ese motivo no pude comer un "Plato Gilberto" que es la especialidad del restaurante: incluye locos, camarones, machas y ostiones al pil-pil... me encanta, y estoy planeando cuando puedo volver a ir para comerme uno de esos.

Siguiendo con comida, en el sushi, mi pescado favorito es el atún... el niguiri de atún del Japón es una de mis principales razones para ir allá... aparte de que los cocineros hablan japonés de verdad, y aunque el sushi tiene los mismos ingredientes en todos lados y es crudo, en este restaurante el sushi, los rolls y los niguiri saben diferente... no se como explicarlo, tengo una teoría respecto a la temperatura de almacenaje del pescado y a cuan fresco está.

El Japón está ubicado en ex-Marcoleta, actual Baron Pierre de Coubertin (el fundador de los Juegos Olímpicos Modernos), con Vicuña Mackenna (aprox.) y puedes sentarte en unos pseudo tatamis y tienen donde dejar los zapatos, para que te los puedas quitar; buena comida y una experiencia diferente, que sólo le da más sabor (aparte de los cocineros peleando y riéndose en japonés... nunca había notado lo que es reírse en otro idioma).

Podría seguir y seguir... comer me encanta, pero me gusta comer bien, no cualquier cosa... supongo que por eso me gusta cocinar también... así me aseguro que todo quede como a mi me gusta.. como la pasta al dente... si no está al dente es un poco frustrante... y no hay nada que me dé más pena, que unos spaghetti con una salsa de tomate directa del tarro... no cuesta nada hacer un sofrito y dejar hervir la salsa para que tome sabor.

Diablos tengo ganas de comer... por suerte ahora voy al Xampanyet (que queda en General Salvo, buen bar, a veces se repleta demasiado, pero recomendable), que tienen cosas bien ricas, además de tragos en vasos extra largos...

8.5.06

Lo que necesito...

He estado pensando en el hambre... tal vez tiene que ver con mi almuerzo de hoy: una única salchicha... y bueno mi cena fue otra salchicha, esta vez con pan. Curiosamente no tuve hambre en todo el día, hasta que me acordé que no había comido nada y me comí el pedazo de pan correspondiente a mi cena.

Después de mi pedazo de pan, entré en un estado de epifanía zen y llegué a la conclusión que no necesitamos nada, hasta que somos conscientes de su falta. Puede sonar bastante estúpido, pero suele pasar con las revelaciones zen.

Nunca necesité celular hasta que tuve uno (que por cierto no encuentro el cargador asi que está muerto), nunca antes había pasado al supermercado buscando un chocolate específico hasta que lo probé, no necesité un pendrive hasta que me prestaron uno, y ahora quiero uno, ojalá con reproductor mp3 y radio... nunca me había dado cuenta de lo práctico de un notebook hasta que trabajé en terreno con uno...

Lo mismo se puede llevar a necesidades
menos consumistas, nunca necesité escribir lo que siento, hasta que empecé a hacerlo, nunca tuve la necesidad de esculpir hasta mi primer trabajo, nunca necesité sentir que algo dejé en esta tierra, hasta que hice mi primera rasguñadura para la inmortalidad.

Pese a tener asumida mi propia mortalidad, necesito creer en la inmortalidad de mis ideas, algo que hice en esta vida significó algo para alguien.

A pesar que las cosas que hago, son producto de mis propias necesidades, que alguien conecte conmigo es de lo mejor que me puede haber pasado.

Mi web es un ejemplo, cuando me llega un mail, quiere decir que a alguien le afectó algo que yo cree, una situación, que francamente, para mi, no tiene precio.

Hace ya como un mes iba en la micro y se subió un tipo a tocar el charango, cuando terminó, yo le aplaudí, porque me gustó lo que había tocado y de esa manera doy lo que pido, es decir alguien que conecte con lo que hago.

Tocar música es básicamente una forma de expresión, a pesar de que lo haga en un medio de locomoción a cambio de unas monedas, es una opción de hacer música, en un país donde las formas de generar ingresos para un artista tienden a cero.

El tipo se me acercó, me dio las gracias y cruzamos no más de cuatro palabras. Tres semanas más tarde se volvió a subir a la micro en la que yo iba, me reconoció y se acercó a saludarme. De los quinientos pasajeros que debe ver diarios, me recordó y me saludó... tres semanas más tarde, todavía se acordaba del tipo que le aplaudió en la micro. Tal vez esa es una forma de inmortalidad, vivir en las mentes de los demás.

Volviendo al tema anterior, algo parecido me pasa con las mujeres... mientras no las vea, puedo engañarme creyendo que no las necesito, pero apenas las veo y las siento cerca mio, me acuerdo que tengo hambre... hambre de vida.

2.5.06

Mal negocio...


Si analizamos mi situación cualquier mujer con dos dedos de frente descubriría que soy un pésimo negocio.

He estado pensando al respecto y tiene que ver un poco con mi pelada del cable anterior no existe pasión alguna por el dinero. Mis metas y ambiciones no incluyen ese tema... por lo tanto el dinero no es justificación suficiente para hacer algo que no me apasione.

Eso quiere decir que cuando hago algo que me gusta, se me olvida cobrar, por ejemplo, y que cuando no me gusta, el dinero, por sí mismo, no es aliciente para hacer algo.

He sido bendecido por un sentido del gasto y ahorro que me permite vivir y pasarlo bien, pero la acumulación por la acumulación no implica ningún grado de satisfacción para mi.

Está bien tengo un absurdo lado hippie que cree que la vida es paz, amor y buena onda...

La verdad es que no sé que hacer con la plata... por lo que generalmente termino convirtiéndola en comida, buena comida idealmente, como el espectacular pastel de jaiba que me comí este fin de semana.

Esa clase de cosas me define como un "inestable" , ergo un mal partido, por lo general nadie sabe de donde saco la plata... y me las arreglo para siempre tener algo... eso es todo lo que necesito, por cierto no vendo drogas ni órganos, es simplemente que cuando necesito algo de plata esta llega bajo una forma u otra, sale un pitutito, una peguita...

Desde un punto de vista más negativo probablemente nunca destaque por alguna de las cosas que escribo, tal vez cuando tenga cuarentaytantos tenga terminada mi novela. No tiene sentido vender mi escritura, por eso creo que tal vez la escultura tenga más posibilidades.

¿Ahora? creo que me gustaría dedicarme la próxima semana a cortar leña, porque se viene el invierno y prefiero escribir sin frío, mientras miro llover por mi ventana.