29.11.07

P.O.D.R.I.D.O.

Es uno de esos días.

Me duele la cabeza, últimamente me duele en términos espacio temporales, por lo que podríamos decir que en una semana me duele la cabeza tres o cuatro veces. Tiene que ver con el puto calor, la falta de aire acondicionado y el estrés.

Oh, sí, soy uno más del club, estoy estresado. El problema es que hago cosas para desestresarme, que me quitan horas de sueño, si me falta sueño me duele la cabeza, si me duele la cabeza, rindo menos y si rindo menos se acumula pega y si se acumula pega me estreso, así que hago cosas para desestresarme… y el ciclo continúa. Ahora si estoy estresado y con calor me duele la cabeza igual, por lo que más vale que haga las cosas para desestresarme que seguir podrido.

Me carga estar podrido.

Pero estoy podrido, lo suficiente como para comprarme un frasco de puré de castañas, helado de vainilla, crema chantilly y sentarme a ver Ghosts of Mars de John Carpenter. Grandes frases cabronas y los malos tenían buen estilo, pero la película es pésima, pero me entretuve, que asumo que es a lo que aspira John Carpenter… un agrado ver de vez en cuando gente sin grandes pretensiones, sin tratar de cambiar el mundo ni estupideces.

Después de meditarlo un rato lo que me estresa es la no solución y la inhabilidad de tomar medidas. Asumo que yo tengo clarísimas las soluciones, pero el resto se resiste… las cosas no se van a solucionar por arte de magia. Supongo que como la solución implica cifras de 7 ceros la resistencia es natural... pero mientras más nos demoramos más crece y va a llegar un punto que ya no van a haber lucas que solucionen este tema.

Me revienta llamar a proveedores y clientes para explicar un cagazo… especialmente si está fuera de mi control. Me acuerdo de mi sistema político diseñado en el colegio… la Anarquía Consciente, en el fondo es que la gente haga las weas que tiene que hacer y punto. Si tengo una cuenta, tengo que pagarla, no esperar que me llame un idiota por teléfono para pagarla. Si todos cumpliéramos con lo que tenemos que hacer no habrían problemas, lo que ganaríamos sería poder hacer las weas que quisiéramos siempre y cuando fuéramos conscientes del otro. Fácil y bonito y sin jerarquías a nivel macro.

Más que en sistema político era un estado mental, que trato de aplicar…. A veces me paso para el otro lado y pierdo la conciencia del prójimo y así es como me condoreo, pero creo que estoy aprendiendo. Un mundo donde nadie me diga lo que tengo que hacer, esa es la meta, fluir entre las necesidades propias y las del resto.

No se si habrán sentido cuando están incómodos dentro de su propio cuerpo, como que les queda chico, ando un poco así con ganas de explotar de que mis verdaderos brazos rajen mis brazos reales y salgan a sentir el viento, estirarse tanto que rajaría la piel, para que algo nuevo salga. Aunque hoy por hoy…. saldría una bestia, todo colmillos y garras despedazando gente.

12.11.07

Catcher in the Rye? Pitcher in the Rye...

He estado meditando respecto a mi actuar en un montón de cosas y me acordé de ese libro... hice la asociación con el baseball y de pronto me fui pensando en los strikes, home runs y similares. Aplicados a mi vida y comportamiento.

Digamos que en general cuando tiro una bola (tomo un curso de acción), doy la posibilidad de hasta tres strikes... Si a la tercera no hemos conectado con la bola, bueno tiene que venir el siguiente bateador. En el fondo cambiar la aproximación al problema (o el sujeto).

Cuando me doy cuenta que la bola está mal lanzada, bueno es una bola, asi que no cuenta como strike, si me mando bolas seguidas, es hora de cambiar el pitcher...

En caso de que conecten un Home Run... bueno hacemos fiesta y se resetean todos los strikes... podemos partir de nuevo tirando nuevas bolas al mismo bateador, a menos que éste elija retirarse.

También hay analogías con el modo de tirar las bolas... hay bolas rápidas, lentas, curvas... en el fondo nos vamos adaptando, probando nuevas formas de enfrentar el problema, solamente que, al contrario del baseball, lo que quiero es que conecten un Home Run, en vez de mantener una eterna seguidilla de bateadores.

Hay días que me pregunto si esta forma de actuar funciona... especialmente cuando veo pitchers que no cuentan la cantidad de strikes y siguen tirando la bola hasta que el bateador finalmente logra conectar. Supongo que esos pitchers son más propensos a lesiones.

¿Cómo llegué a esta clase de conclusiones con un deporte que me es totalmente foráneo? No sé... pero debe ser culpa de Salinger. Y eso que el libro no tiene nada que ver con baseball.