3.2.09

Grito Sordo

Vive y llora la vida de este escrito,
que yace muerto
a los oídos del olvido;
anegado de exageraciones mundanas,
atraído por Lo Divino,
bailandando alrededor de la hoguera
de la incertidumbre.

Sonríe, loco ahora,
antes que acaben de afinar el piano
y dime si tus huesos
son el xilófono de Dios.

Canta durante el sexo crudo y virtual
con tu armónica sampleada,
suspiros que no encienden el automóvil
para poder huir de Stonehedge
con sus malditos círculos druídicos
adictos a la sangre seca inyectada al silencio,
directo a la percusión de tu cabeza
que se agita en frenesí,
buscando a quien colgó tus entrañas en el Municipal,
impidiendo la entrada
a los elefantes góticos,
embutidos en tutús de cuero negro.

Ayer sonreíste en mi helado
y saliste a ver el afuera.

No hay comentarios.: