18.11.08

Sobredosis...

Hay días (y épocas) en que no tengo nada que decir, soy un refrito de mis propias ideas o de las de otros. Me gusta pensar sobre las ideas propias y las del resto, las que no vienen de mi tienen la ventaja que el punto de partida, por lo general, no habría sido el mio, obligándome a pensar de otras maneras, para llegar a mi pensamiento.


En algún minuto llegué a la conclusión que todo estaba hecho, que ya no quedan historias que contar, pero el punto es que la forma de contar la historia es la nueva, las grandes historias son pocas, el escenario, los personajes cambian. Después de todo casi todas las historias pueden resumirse en la batalla del bien contra el mal, la búsqueda del propio yo y la historia de amor. Son esas tres historias las que mueven todo el imaginario colectivo.

Con la poesía y la pintura pasa un poco lo mismo... las técnicas, las metáforas ya no queda nada nuevo, por lo que lo valioso es lo que despierta alguna clase de respuesta emocional.


Hace mucho tiempo decidí que no iba a leer más poesía, porque corría el riesgo de perder la mia. Me gusta escribir poesía, lo hago por necesidad, y si seguía metiendo estilos y autores a mi cabeza iba a dejar de sacarla de mi pecho, para empezar a sacarla de mi cabeza, dejando de generar esa reacción visceral a lo que escribo. Me gusta sentir eso, son pedazos cristalizados de mis gritos. Y son para mi. A veces las comparto con alguien o con el anonimato de la web, pero son para mi, hechos para despertar una respuesta en mi. Si lo hacen cumplen su objetivo... si lo dejaron de hacer, me hace cuestionarme que parte de mi perdí, cicatricé o tengo dormida.


Por otro lado las historias salen de mi cabeza, son más ordenadas (relativamente). Tienen de una estructura que las hace compartibles con el resto. Soy un consumidor compulsivo de historias, en el formato que sea. Películas, series, libros (soy adicto), cómics, conversaciones.


Este último tiempo me he sumergido en las historias de otros y dado un par de torpes pasos en las propias. Estoy siguiendo seis series semanales en promedio, veo peliculas; de mis vacaciones me traje unas dieciseis o veinte novelas y ya voy en la mitad, además de cómics que ya los leí todos.

Acabo de terminar de ver Stardust, basada en una "novela gráfica" de Neil Gaiman. Además de me leí dos novelas del mismo autor: American Gods y Anansi Boys, y los tres primeros tomos de la saga de Sandman, que nunca había leido. Soy un lector compulsivo, generalmente me dejo llevar por el autor y trato de disfrutar la historia con el menor grado de "cabeza" que pueda. Pero Gaiman me hace sonreir con la estructura de sus historias, en vez del contenido. Es como comparar el teatro al cine. En el teatro estás plenamente consciente del escenario, ves los hilos que mueven la escenografía, el telón sobre el que se pinta la historia. En el cine, independiente del género, la idea es no ver los hilos para que la "magia" y los "efectos" te sorprendan. Gaiman es como el teatro, al menos para mi, puedo "ver" las soluciones que da al argumento, la estructura, el desarrollo de la historia. Y me encanta.


Las historias muchas veces tienen algo naive, otras algo más oscuro. Pero está contando las mismas historias que están grabadas a fuego en la humanidad. Gaiman apela a mi cuentacuentos interno, me hace querer contar historias. Tengo ganas de hacer un comic de nuevo, con nuevas ideas, que están flotando en el aire.

Me encantó Stardust. Me hace desear una historia de amor así, sencilla, sin dudas, sin peleas, sin rencor, sin miedo. Simplemente amor. En el fondo no es encontrar una estrella caida del cielo, que ya he encontrado algunas, he de confesarlo... si no que encontrar la correcta y volver a sentir que la vida es para siempre, que todo va a salir bien si despierto en la mañana y lo primero que veo es su pelo desordenado, que piense en ella y sonría sin necesidad de estar consciente de mi sonrisa. No es mucho pedir. Ahora si la historia incluye barcos voladores y un poco de magia tanto mejor.


En el fondo el amor, el sueño, la lucha, lo que tienes dentro, son lo que nos aleja de lo mundano y nos hace vivir un poquito de magia. Y hoy quiero un poquito de eso para mi.


7 comentarios:

::N:: dijo...

Y no es eso lo que todos queremos, un poco de magia. Porque de sueños vive el hombre y un hombre sin sueños, está muerto. Y si el alma no desea y el cuerpo no pide, entonces estamos inmersos en la inercia.

Del deseo nacen las cosas y el que desea es imán de sucesos.

Ando poetico hoy.

Saludos

@pauli_moli dijo...

Si Stardust lejos una de mis favoritas! guess what still dragon...tengo the graveyard book en mi escritorio :P

Ellamir dijo...

Demasiado tierno el post, da susto.
A eso se refieren con lo de la "maldita primavera" ?
Entonces mi restlessness e hiperactividad de estos días también debe ser culpa de lo mismo, hay q echarle la culpa al solcito ^^

De sueños, deseos y magia está hecha la vida!

Myriam dijo...

Me acordé de una frase de Bernard Shaw que dice algo así como que las ideas saltan de persona en persona, pero sólo pican a algunos =P.

Pucha, yo todavía no veo Stardust, snif. No la quise ir a ver al cine porque sólo llegó doblada, pero se me olvida conseguírmela además.

Saludos, Andrés ;)

Naufrago. dijo...

Buscando un refugio y libertad me he escondido tras un blog. Busco naufragos para habitar mi isla y al azar me encontré en tus poemas. Quizá quieras compartir mis soledades.
http://paranaufragios.blogspot.com/

Camila Mardones dijo...

¿Siempre la misma fotografía?

Rodrigo Pulgar dijo...

Yo también ando en una sobredosis de Neil Gaiman. Me ha gustado mucho tu blog, pero asfixia un poco los colores ¿o será mi daltonismo? en fin, te agregaé amis favoritos de blog.